Medellín, noviembre 29 de 2010

Anoche, el abogado Ernesto Valbuena, vecino del barrio Conquistadores, le avisó al celador de su cuadra que en el espeso jardín del Edificio Balcones del Cerro se hallaba escondido un “loco”*. En conversación con este diario, Valbuena, de 38 años, informó que a eso de las siete y media, cuando fumaba un cigarrillo por una calle poco iluminada, alcanzó a ver un hombre desarrapado que se adentraba en un antejardín: “Yo ahí mismo dije: este man me va a atracar, y me devolví a buscar al vigilante”, afirmó. Por su parte, Jaime Alberto Cacua, empleado de Seguriman S.A.S, contó que estaba recostado en su butaco cuando vio llegar a Valbuena “todo acelerado”: “Me dijo dizque vení, vení que por allí hay un loco encaletado, y así era”. Según Cacua, al llegar al antejardín del edificio señalado no vio nada, pero al inspeccionar entre las plantas encontró a “un sinvergüenza acomodado fumando bazuco”. “Tan conchudo el hijuep*% que me pidió que lo dejara ahí que él no estaba haciendo nada malo; pero apenas me vio alzar el bolillo se perdió”, remató, con una sonrisa y sacando pecho.

*En ciertas zonas de Colombia, llámasele así al hombre que ha hecho de la calle su casa, de la mugre su vestido, de las sobras su alimento y de la incertidumbre su rutina. Y, como en este caso, de las drogas más sucias su vicio.