Bogotá (A-Pin). Una suma de doscientos pesos le fue perdonada ayer al estudiante Sergio Colmenares, quien se acercó en compañía de varios amigos a la tienda de doña Rosa para festejar con un banquete de empanadas y gaseosas la salida a vacaciones de Semana Santa. “Siempre que queremos celebrar algo, venimos a comer aquí, es ya una tradición”, dijo Sergio tras “picarse*” con el ají. “Cuando los colegios terminan clase, siempre se me llena el chuzo”, afirmó la señora Rosa, octogenaria que lleva mas de medio siglo en el negocio de la empanada. El hecho sucedió cuando Nicolás Rodríguez, el mayor del combo, reunió el dinero para pagar y se dio cuenta de que faltaban doscientos pesos: “Parce, la verdad es que cada uno se había comido de a 3 ó 4 empanadas, excepto Colmenares, que es el mas glotón”. Tras una indagación, los implicados descubrieron que Sergio no había pagado la totalidad de su parte. A-Pin conoció que los estudiantes, que no tenían ni una moneda para colaborarle al afectado, optaron por pedirle a doña Rosa que descontara el faltante. “Se veía que eran buenos pelao’s, por eso se los rebajé”, sentenció la mujer, a quien sus clientes reconocen por no perdonar “ni media”. (Informó Cianuro)

*Picarse, de Picar. Ingerir algo picante o fuerte y sentir su sabor en las papilas gustativas.


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