Todos los domingos y festivos, Octavio Taborda dedica parte de su tiempo como comerciante, al procedimiento de empaque de la solución para burbujas que vende en el sector aledaño al Aeroparque Juan Pablo II, en la ciudad de Medellín.
En la imagen anterior, Octavio pasa la solución de detergente en polvo, champú y agua de un recipiente de boca ancha a una botella.
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«La mezcla la traigo hecha de la casa en dos o tres tarros grandes», explica Octavio una vez soplada la bolsa con la boca para llenarla con el líquido.
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Con la botellita llena le alcanza para tres y cuatro bolsas. Así mantiene un surtido suficiente para cuando los niños empiecen a llegar a pedir sus burbujitas.
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«Un nudito fino para que no se derrame», dice Octavio.
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La bolsa al vaso desechable y el toque final: «El pitillo para soplar y hacer burbujitas», que Octavio y su esposa fabrican artesanalmente en su casa en Manrique.
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Listo el producto y ahora sí a vender. A mil pesos cada vaso de burbujitas. «En un domingo bueno puedo vender unos cincuenta», afirma Taborda.
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Que bonita nota y colores, esta vez el naranja y el azul hicieron contraste.
Buenas ventas para don Octavio y larga vida para Agencia Pinocho!
Que buen reportaje estas
pequeñas cosas son las que
nos hacen grande eso es
querer salir adelante .
Muchachos, muy bacano lo que hacen, solo ayer me entere que existian y lo lamento jejeje, pero desde hoy los estare siguiendo.
Exitos!
pero como se hacen los pitillos?