Poco antes de la medianoche de ayer, el vigilante Arcadio Correa se sobresaltó cuando, en momentos en que intentaba “descansar un poco”, creyó ver que alguien trepaba por el muro de una casa. Correa, de 45 años, y quien cela un sector del barrio Calasanz desde hace 12, asegura que su primera reacción fue gritar: “Empecé a decirle que qué quería, que si se iba a ganar un balazo y cosas así…”. Según explicó, cuando notó que el supuesto ladrón se había quedado inmóvil en lo alto del muro, decidió acercarse: “Me sentí muy mal, porque lo que había ahí era la sombra de una bolsa negra enredada en una palmera”. Camila de la Cuesta, vecina del edificio Brisas de Fuárez, dice que sí escuchó un par de gritos a medianoche, pero que pensó que se trataba de “algún viejo borracho” y se volvió a dormir. Antes de entregarle el turno a su reemplazo matutino, Correa agregó: “me siento como un pendejo, además dizque ofreciendo bala, cuando por aquí todos saben que nosotros no cargamos sino este bolillito e’ palo…”, dijo, enseñando el arma contundente envuelta en una bolsa plástica. (Informó A-Pin)