Medellín, abril 10 de 2009

Ayer Jueves Santo, poco antes de caer la tarde, la diseñadora Natalia Acosta no lo pudo creer cuando de repente, y en medio de ensoñaciones, sintió cómo se le agotaban las baterías a su vibrador: «Estaba viendo videos en MTV pero no me podía concentrar, todo me picaba y me empecé a desvestir… Entonces saqué a ‘Ziggy’ del clóset y traté de relajarme, pero no llevaba ni un minuto cuando dejó de vibrar», contó la mujer de 29 años. El juguete sexual -levemente curvado, semiblando y diseñado anatómicamente para la penetración íntima y masajear el punto G- fue un regalo de una prima suya que vive en Holanda: «Lo mantengo bajo llave y casi siempre lo prendo para hacer reír a mis amigas, ¡y justo en una emergencia me deja a medias!», se quejó Natalia. El aparato, de 20 x 4 centímetros y 3 velocidades, usa dos baterías doble AA: “No es tan grave como para ir a comprar pilas ya. Mejor me doy una ducha y me arreglo porque esta noche hay rumba”, concluyó Natalia, mientras guardaba a ‘Ziggy’ dentro de su funda de terciopelo. (Para A-Pin, informó Yayi)