Medellín, julio 17 de 2009

Ayer en la tarde, cuando la peluquera que había solicitado a domicilio telefoneó para explicar su tardanza, la médica Adriana Isaza, de 25 años, prefirió que fuera una de sus amigas quien la peinara. “Le cancelé el servicio porque me está cogiendo la noche, además me aterra la gente incumplida, mejor que me peine Jeny, que es experta en moños”, manifestó la mujer. Jeny, estudiante de trabajo social, no dudó en auxiliar a su amiga de toda la vida, a quien sentó en una silla dentro del baño social. “Primero le voy a hacer un masaje capilar y le voy a dejar actuando un bálsamo que no necesita enjuague para desenredar más fácil el cabello”, declaró la universitaria. Entre tanto, Adriana comentó: “Esta noche es la fiesta de grados de mi primo Roberto y me voy a poner un strapless que me deja los hombros al descubierto, ¿Qué tal recogerme el pelo?”, preguntó. Tras una hora de cepillo, secador y nudos, A-Pin fue testigo del resultado: “Divina”, dijo Adriana, mientras Jeny afirmó: “Me encanta el cabello de Adri, ese color negro azabache va a brillar esta noche”, y puntualizó: “Hermosa”. (Para A-Pin, informó Yayi)