Por: Blimunda Pedrero
Así como el mesero debe juntar los brazos atrás mientras recita el menú del día; así como el cajero de un banco debe decir buenos días y dar la bienvenida a cada cliente que arrima; así como el empleado de un centro de llamadas no osaría despedirse sin antes decir: “Para nosotros es un placer atenderle…”; así, digo, debería existir un protocolo para meter el mezclador en el café sólo cuando el usuario haya respondido a la pregunta: “¿Azúcar normal, morena o endulzante?”.
No antes.
Bebedores empedernidos, poco o nada dulces, que gustan de lo que llamamos aquí tinto, café puro y negro, y que prefieren no agregarle nada, asistimos con impotencia a la rutina con que los dependientes de cafés sirven la bebida e inmediatamente incrustan el dichoso mezclador en el recipiente.
¿Cuántos mezcladores de esos se podrían ahorrar si la secuencia fuera otra: servir el café, preguntar qué quiere agregar el comensal y actuar en consecuencia?
Es triste ver un mezclador, palito o pitillo, dispuesto en un café oscuro, recostado en un borde del vaso desechable, esperando a ser utilizado para lo que está hecho —ayudar a disolver y revolver—, cuando uno sabe que lo va a sacar para botarlo o que va a dejarlo allí, quieto, estorboso, inútil, los largos minutos que tarde en tomarse la bebida.
Sólo una misión se le ha encomendado en la vida a este mezclador. No se la trunquemos, dejemos que la cumpla, por el respeto que merece una pieza que ha demostrado tener carácter, que no se doblega ante el calor y que se enfrenta con decisión a un azúcar a veces rebelde y resistente. Démosle pues el gusto de salir del empaque a cumplir su tarea e ir a parar a la basura sólo cuando lo haya hecho.
Un nuevo protocolo, que no es más que el simple intercambio de dos pasos en la rutina de quienes despachan el café, evitaría condenar esta herramienta a la inmovilidad y el desprecio, y reivindicaría su naturaleza al ser utilizado únicamente en los casos en los que en realidad se requiera.
Estoy totalmente de acuerdo! Apoyo la reivindicacion!!! En mi caso se ahorrarian muchos palitos je je
Es una buena medida contra el cambio climático,miles de millones de palitos, uno por cada café, cientos de veces al año, harían varias toneladas de plástico no lanzadas a los basureros; eso es responsabilidad con el medio ambiente. Le propongo al columnista que analice el tema de los palillos de dientes…
Yo la otra vez casi me saco un ojo. Me mandé un trago de tinto sin haber sacado antes el palito del vaso.
Me gustaría decir que estoy completamente de acuerdo con la reivindicación, sin embargo hay un pero. A mí me gusta el café negro, casi radiactivo y sin azúcar y generalmente uso el palito no con el fin de revolver el azúcar, sino de enfriar el tinto. Yo sé que no es en un principio su función, pero sí que ayuda, mas de una vez que no he tenido palito me he quemado la lengua. Además, una vez se acaba el tinto me gusta masticar el palito y jugar con él un rato.
Loable reivindicación con tinte ecologista. Sin embargo, inspirado en ancestral literato que escribió mientras alimentaba una fogata
«…estas sillas no son consumibles y aquí se están
consumiendo…»
Apoyo el palito tintero, pues aunque ha probado su alta capacidad de daño ocular, que buen divertimento es mascarlo -mucho, mucho- una vez se acaba uno el tinto, además de fungir de termómetro al permitir escapar bocanadas de humo que se esconden dentro de aquel líquido negro negro negro.
Saludos Blimunda
Blimunda, eres la campeona de la frivolidad, de la banalidad sin sentido.
lo que yo pienso es que un palillo de tinto es y siempre será, ademas de ser lo que por naturaleza ya es, un pitillo no para chupar sino para soplar y hacer burbujas dentro del cafe
Que pesar del pobre palito y yo que siempre me tomo el café sin azúcar… me dejó pensando.
Buena reflexion. Las personas debemos evitar usar productos de un solo uso.
Yo agrego que en general son de plastico y aunque son pequeños, tambien suman a las toneladas de plastico que hay en los oseanos haciendo daño a los animales… al igual que los pitillos pero mas grandes… bueno nunca pero nunca dejemos de pensar en el medio ambiente, no por mi o por aquel, pensemos en los animales, en el futuro de nuestro planeta.