El señor Rubén Mejía apoyó el mango de madera de su pala contra el borde de un teléfono público para poder sentarse a horcajadas sobre la parte metálica de la herramienta «a esperar trabajo». El hecho sucedió en el cruce de la Avenida San Juan con la Carrera 65, y según contó Mejía, casi todos los días se ubica en este sector a la espera de volquetas que puedan requerir de sus servicios de palero en recolección de arena, piedra y material de playa en general. Este diario pudo comprobar que, dispuesta de esa manera, la pala se mantiene estable, gracias también al desgaste de su punta roma, que evita que se balancee hacia los lados. (Informó: A-Pin)
Ojala le salga trabajito rapido porque no creo que don Ruben aguante mucho ahi sentado. Gracias A-Pin!
Qué recursivo!