Medellín, mayo 17 de 2010
En la mañana de ayer, Pirú, un macho de 4 años y raza no identificable, hizo su primer viaje en moto cuando fue transportado por su dueño -el enfermero Orlando Marín- desde la urbanización Torres de San Sebastián en el sector de San Diego, hasta la Plaza de Flórez, centro de la ciudad. “Me lo regaló ayer una conocida que recoge perros de la calle, pero no calculé que no iba a poder tenerlo en el apartamento”, manifestó, confundido, el hombre de 27 años mientras estacionaba su vehículo en la Plaza. Ligia Tamayo, madre del joven, y quien fue a recoger el perro criollo con algunas insinuaciones de Beagle, le dijo a A-Pin: “Toca recibirle el animalito para que no se quede solo en el apartamento haciendo daños y Orlando pueda ir a trabajar”. Gracias a las declaraciones de varios testigos, esta corresponsal pudo establecer que el trayecto resultó bastante incómodo para ambos pasajeros, que sólo Marín tenía casco y que Pirú viajó sostenido en sus cuatro patas en la parte delantera inferior de la moto -una Yamaha Axis modelo 95- cercado por las piernas temblorosas de su arriesgado dueño. (Informó A-Pin)
Esta noticia fue publicada originalmente en la edición número 6 del periódico Universo Centro.
Me indigna que el señor Marín se atreva a llevar al perro sin casco. Yo creo que se confió de su profesión de enfermero.
¿Cuál hubiera sido la actitud de Orlando si Pirú en vez de criollo hubiera sido Beagle puro? ¿le hubiera puesto casco?
Esta fue la primera microficción que leí, el contagio; de las mejores, seguro.
De acuerdo con que el perrito debió haber llevado casco, pero Diana, creo que tu comentario fue atacante. Yo también quiero a los animales, pero mi fanatismo no llega al punto de decir que la gente no quiere a los perritos criollos sólo por el hecho de ser criollitos…
oigan pero entiendan que era el primer dia, ya tendra tiempo y dinero pa comprarle uno; esperemoss