Bogotá, agosto 7 de 2010

Cerca de las 10:00 de la mañana de hoy, Patricia Méndez, asistente administrativa de una reconocida aerolínea, fue víctima de una perforación de su bolso de cuero marrón con un taladro marca Black&Decker. “Se suponía que estaban instalando un nuevo módulo en la oficina. Cogieron el cajón donde yo tenía guardadas mis cosas y empezaron a trabajar como si nada”, relató Patricia molesta, y agregó: “Sólo se dieron cuenta del daño que me hicieron cuando un pedazo de cuero se enredó en la broca del taladro”. El encargado de los trabajos de remodelación, Ovidio Rengifo, abordado por A-Pin, comentó despreocupado: “La verdad es que asumimos que todos los empleados sabían que ese cajón iba a ser taladrado, entonces no revisamos”. Rengifo se negó a asumir culpabilidad alguna y, por el contrario, agregó jocoso: “Lo bueno es que el bolso de la señorita ahora tiene mejor ventilación”. Hasta el cierre de esta edición se desconocía si Ovidio indemnizaría a la joven ejecutiva por el daño ocasionado en su cartera y si alguno de los objetos dentro de la misma sufrió igual suerte. (Para A-Pin informó Ángela Bohórquez)