Este mediodía, mientras fumigaba varias plantas, Antonio Cano hizo una pausa para recargar de aire la bomba manual que le servía para asperjar la solución pesticida. El hecho ocurrió en los alrededores de la unidad deportiva Atanasio Girardot de Medellín, y se repitió en varias ocasiones. «El aire hace presión pa’ que salga el ‘agua'», manifestó Cano, dedicado hace doce años al oficio de la jardinería. «Cada carguita apenas dura pa’ fumigar un momentico, entonces vuelvo y le echo aire», agregó el hombre. A-Pin constató que cada carga de aire le dura a Cano para rociar pesticida entre dos y tres minutos. «Y la cargada es más rápida todavía, con bombiale unos veinte segundos queda lista», afirmó el jardinero, quien, por hacer una demostración de la actividad, fumigó accidentalmente la camisa de este reportero: «Así ya no le entra la plaga», concluyó Cano. (Informó A-Pin)

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