Por primera vez en quince días, desde que empezó a crecer una tomatera al lado de un arbusto en la zona comercial del aeropuerto de Barajas, Madrid, Marceliano Trinidad, empleado de una pizzería, decidió ponerle un par de tenedores limpios a la planta «para que no se tronche»: «Es como una guía, si no, se rompe o se cae», explicó el hombre, quien luego declaró a A-Pin que tiene mucha esperanza en que la tomatera siga creciendo: «Pues muy buena agua están recibiendo las dos, ¿sabe? Les echamos todos los restos de las botellas de agua mineral que nos dejan en las mesas», dijo entusiasta. (Informó A-Pin)
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