Stiven Duque, Sebastián Soto y los hermanos Andrés y Mateo Giraldo, con edades entre los 13 y 16 años, decidieron jugar un picaíto* en el desolado parque infantil de la unidad residencial donde viven. El hecho se registró en el sector conocido como Colina Sur, Medellín, donde los adolescentes estuvieron pateando el balón durante toda la tarde: “Aprovechamos que no hay niños porque si hubiera, las mamás no nos dejarían”, declaró Andrés, el mayor de todos. Los jóvenes destacaron las ventajas de los juegos infantiles: “Cuando nos cansamos, hacemos tiros al juego de las llantas, al que más veces la meta”, relató Stiven. Por su parte, Sebastián indicó que las barandas de los columpios hacen las veces de arcos: “Es que nosotros somos muy creativos”, dijo riéndose.
*Picaíto: Partido de fútbol tan informal que no necesita más de dos jugadores.
Jaja, lastima que no había niños pequeños, por alguna razón sus cabezas son imanes para los balones y los atajan muy bien… Aunque después lloran y un papá te aletea… Pero así no se pierden los balones 😉
Saludos