Medellín (A-Pin). Eugenio Barrera, pensionado del magisterio, compró ayer en el atrio de la Iglesia La Candelaria un ejemplar del Calendario 2011 por dos mil pesos, el mismo monto que pagó el año pasado por un almanaque del 2010. “Será lo único que no sube de precio”, dijo Barrera mientras hojeaba la pieza impresa a todo color e ilustrada con imágenes religiosas que le entregó el vendedor ambulante Quique Rendón. “Tengo mucha variedad, está ese religioso y también hay otros con paisajes, caballos, gaticos, todos a dos mil”, declaró Quique y explicó: “No hay forma de subirle, si así a veces da lidia* venderlos”. Don Eugenio, quien había estado buscando su calendario por los alrededores del Parque Berrío, manifestó: “Éste es el que yo compro, lo reconozco porque trae en la portada al Niño Dios con los brazos abiertos”, y procedió a pagar con un billete de cinco mil. Lucía Benítez, vendedora de escapularios en el sector, le dijo a A-Pin que los comerciantes de almanaques “aparecen por ahí entre octubre y noviembre, empiezan pidiendo cinco mil pesos al bulto** y a principio de año los ve uno dejándolos más baratos”.
*Dar lidia: resultar problemático o difícil.**Cobrar al bulto: de manera aproximada, sin realizar ningún cálculo ni medición.
Esta noticia fue publicada originalmente en el periódico Universo Centro.