Medellín (A-Pin). Como decepcionante calificó Eucaris Pareja, de 29 años, el hecho de que ninguno de sus compañeros de trabajo se percatara ayer de que se había cambiado el color del cabello. “No, qué tristeza. Ni mi jefe, ni la secre, ni ninguna de las personas con las que me reuní se dieron cuenta de que me tinturé. Y eso que me eché un borgoña bien vistoso”, dijo Pareja, responsable de Cartera de un importante centro educativo de la ciudad. Diego Arboleda, de la vicerrectoría administrativa y quien se encontró con Eucaris varias veces por los pasillos de la institución, declaró: “Yo sí vi que estaba como diferente, pero no supe bien qué era”. Por su parte, Rosalba Montoya, la señora de los tintos, indicó: “Es que ella con ese pelo tan negro se tiene que echar otro color. Ese rojo que ella se echó le queda bien es a las monas”. Este diario conoció que la afectada no pudo mantener el silencio y al final de la tarde le contó a sus compañeros del cambio capilar. «Todos dijeron que me quedó muy bonito, pero ya no les creí», concluyó la mujer.