Bogotá (A-Pin). Ayer al mediodía, Ana Luiza Mendoça, brasileña de 19 años, fue invitada por su novio Ernesto Roldán a almorzar a un restaurante de comida típica, lugar donde le regalaron una taza de sancocho* para que lo conociera. “Tan pronto les lleve la carta, la señorita hizo cara de mula”, contó el mesero, quien aún no puede creer el incidente. “En mi vida no había escuchado una palabra tan extraña”, dijo Ana Luiza cuando se refirió al sancocho, no sin antes dejar ver que aún quedan rastros de su acento, pues llegó hace sólo 6 meses al país. A-Pin conoció que el dueño del restaurante le regaló una taza de sopa a la extranjera para que no se quedara sin saber cómo era el plato típico. “Mi conejita quedó encantada con la sopa”, declaró Ernesto, de 23 años. Este diario pudo establecer que una vez se superó el inconveniente, que despertó la curiosidad y sentido patriótico de otros comensales, la joven pareja pidió dos mondongos y se fueron a pasar la tarde en el parque Simón Bolívar. Al cierre de esta edición Mendoça continuaba sin conocer el significado de otras palabras de la gastronomía criolla como longaniza y tamal. (Informó Cianuro)
¿mi conejita? entonces debe gustarle la zanahoria y la arracacha