Medellín, febrero 27 de 2010

Al señor Eduardo Amaya, electricista de 46 años, lo dejó con la mano estirada un bus de la ruta Comercial-hotelera, ayer a eso de las 7 de la mañana. “Es la segunda buseta que me pasa de largo hoy”, aseveró indignado el señor Amaya, quien se dirigía, muy tieso y muy majo, a las instalaciones de la empresa en la que labora desde hace 20 años. Elvira Restrepo, vecina cuarentona del barrio Laureles y testigo del siniestro, nos reveló que no es la primera vez que esta ruta deja esperando a la vera del camino a un usuario de sus servicios: “Siempre son iguales, cuando no es que ni pasan”, dijo con evidente mal genio, no sin antes agregar: “Pensamos montarle una tutela a la empresa de buses”. Cuando A-Pin le preguntó al señor Amaya sobre las acciones que pensaba tomar en contra de la ruta, éste respondió furioso: “¡Comprar una bicicleta!” (Para A-Pin, informó Salvarsán)