Medellín, 7 de marzo de 2009

Ayer en la mañana, tras haber regado casi todas las plantas de su casa desde muy temprano, la señora Aura María Montes, de 72 años, decidió no resignarse a esperar que su hijo Elkin regresara de la calle para regar un helecho colgado en un extremo del balcón, al que su corta estatura le impedía llegar. “Yo pensé que esa vuelta del DAS no me iba a demorar al muchacho, pero ya eran como las 11 y yo haciendo una fuerza”, le explicó esta habitante del barrio Villa del Socorro a A-Pin. Orfa Ruiz -vecina de la acera del frente- contó que de un momento a otro vio a doña Aura con un pie sobre un butaco y el otro apoyado en el borde del balcón: “miro yo pa’llá y veo a Aurita trepada como un mico en todo el borde con una jarra en la mano… ¡Dios mío bendito! No fui capaz ni de gritar pa’ no asustarla.” “Ay, mijo, me cogió el arrebato. Usté sabe como soy yo con mis matas”, le dijo doña Aura a su hijo Elkin cuando regresó de la calle. A-Pin fue testigo de que gracias a la denuncia de doña Orfa, el joven se comprometió a no volver a salir sin regar el helecho. (Para A-Pin, informó Padre Responsable)