Medellín, marzo 7 de 2009

A pesar de cumplir tan solo un mes trabajando con la familia Gómez Cárdenas, la empleada Doris Valencia, oriunda de Concordia -Antioquia- y de 23 años, recibió una última oportunidad si quiere seguir trabajando en la casa. “Estamos muy felices con Doris, cocina rico y es muy aseada, pero empezamos a notar ciertas anormalidades”, dijo doña Lucía, la madre del hogar. Al parecer, Doris ha abusado de la confianza que le han depositado. “A veces mi maquillaje no está donde lo dejé y antier se me perdió un perfume”, explicó Ana, la hija consentida de la casa. La abuela también se quejó porque su alcancía de monedas de $500, está cada vez más liviana. Pero la gota que rebosó la copa, fue que Doris se agachó para meter la escoba debajo de una cama, dejando ver parte de su ropa interior. “Ahí mismo reconocí los calzones que tenía puestos, eran unos que le compré a mi hija hace poco”, contó doña Lucía, aún sorprendida. Después de una pequeña reunión familiar, decidieron hablar con Doris antes de tomar medidas drásticas.