Medellín, marzo 8 de 2009

Uno de los placeres de Diana Úsuga es comer perro caliente, sobre todo desde que le incluyeron huevos de codorniz a la receta. “Siempre que mi marido me lleva a comer perro, pido que me encimen un huevito de codorniz”, dijo la bibliotecóloga de 43 años, que anoche fue con su esposo Alirio a un puesto de comidas rápidas llamado Perros Emilio, en la calle 47 con carrera 70. “Me gusta comerme un huevito al principio y guardar los otros dos para el final, pero de un momento a otro estaban en el piso”, contó Diana con cierta tristeza. A-Pin pudo establecer que la señora no acomodó bien la servilleta en su regazo y así los huevos rodaron por su muslo, cayendo al pavimento. “No pudimos hacer nada porque los dos teníamos las manos ocupadas con los perros”, concluyó Diana, mientras Alirio solicitaba otro par de “huevitos” cocidos.