Medellín, marzo 14 de 2009

Tras recibir un fuerte insulto en horario laboral, el agente de tránsito Fernando Cañola entregó ayer a sus superiores la carta de renuncia. Luego de 10 años de labores, el agente no soportó más cuando el conductor de un autobús Aranjuez-Anillo le mentó la madre por la ventanilla de su vehículo, cuando éste lo sancionó por parar en un sitio no autorizado, en pleno centro de Medellín. “Yo estoy acostumbrado a que me digan todo tipo de cosas, pero en ese momento mi señora madre me estaba entregando la coca del almuerzo y lo escuchó todo”, le dijo a A-Pin el agente involucrado. Testigos aseguran que la señora Giraldo de Cañola se vio seriamente afectada cuando escuchó el improperio, y que entre lágrimas le hizo prometer a su hijo que no continuaría en ese trabajo que pone en tela de juicio la dignidad de la familia. “Esta es la gota que rebosó la copa; mi madrecita no tiene la culpa de que el paradero estuviera lleno a esa hora”, añadió el ex agente al salir de la oficina de Recursos Humanos. (Para A-Pin, informó Elena)