Medellín, marzo 14 de 2009

Poco antes de las 2 de la tarde de hoy, el cargador de bultos y mercados de 42 años Rigoberto Muñoz fue sorprendido por su patrón cuando se tomaba un aguardiente doble en la barra de Milady’s, uno de los 34 bares ubicados en la Plaza Minorista, un popular centro de abastos de la ciudad. “Don Alfonso, usté’ sabe que semanas tan duras como esta, poquitas. Uno bultiando’esde las seis de la mañana, y la gente cada vez más achapada (avara) pa’ las propinas, le juro que da es piedra. Cuando le diga que si no me mandaba un guarito (aguardiente: bebida alcohólica anisada) terminaba hasta peliando por cualquier bobada”, le explicó a su jefe Muñoz, de quien dependen su mujer y tres hijos. “Hombre, por hoy te la paso. Pero un bultiador borracho no me sirve», le respondió Alfonso Escobar, propietario de la salsamentaria La Herradura, quien le aseguró a A-Pin que sólo ingresó al establecimiento comercial a saludar a una «amiguita». Vía telefónica, esta agencia pudo confirmar que a estas horas Rigoberto ya no recuerda ni cómo se llama. (Para A-Pin, informó Padre Responsable)