Medellín, abril 12 de 2009

Ayer al mediodía, cuando intentó avisarle a su esposo que tardaría una hora más en regresar a la casa, la señora Irene Gaviria, de 45 años, fue incapaz de recordar su número telefónico: “Tuve que colgar, porque no me acordé ni del primer dígito… Me sentí no sólo ridícula sino muy alarmada, la memoria no me suele fallar de esa manera”, le dijo Gaviria, profesora de expresión oral, a un reportero de A-Pin. La mujer había salido de su casa antes de las diez de la mañana para presenciar el paso de una procesión, tras lo cual recordó que le faltaban algunos víveres y se dirigió al supermercado, donde sufrió el percance: “Lo que pasa es que muy rara vez marco al fijo porque uno ya para todo usa el celular”, explicó la señora, que asegura haber dejado el aparato cargando. Minutos más tarde, su madre, doña Mariluz Avendaño, declaró: “¡Mire pues! A mis ochenta años me acuerdo hasta de la cédula de mi abuelo, y me sobra memoria pa’ regalarle a mis hijas”, dijo entre risas, pues para salir del apuro, Irene tuvo que llamar a pedirle el favor de que le recordara su propio número de teléfono. (Para A-Pin, informó Padre Responsable)