Medellín, abril 14 de 2009

Ayer en la tarde, cuando regresaba de la biblioteca hacia el bloque 12 de la Universidad de Antioquia, el profesor de semiología Gustavo Acevedo saludó de manera efusiva a una joven con la que se topó, creyendo que se trataba de una alumna del semestre anterior. “Me sorprendió mucho su reacción… Habíamos terminado siendo hasta buenos amigos, y como no nos veíamos desde diciembre pensé que se iba a alegrar”, le dijo Acevedo a A-Pin. La joven, de cabello rubio, mediana estatura y facciones sutiles, respondió a sus atenciones con un grito de «¡Ay, señor, qué le pasa!». “Yo iba demasiado elevada, tratando de repasar mentalmente para un quiz que tenía a las cuatro, cuando de pronto el tipo se me lanzó encima y empezó a besuquiarme’… Sí grité, pero no sé ni por qué no le pegué una cachetada”, explicó. Al notar su error, Acevedo balbuceó una disculpa, abandonó velozmente el lugar de los hechos y se escondió en el baño más cercano: “Qué vergüenza con esa niña. Habría jurado que era Sandra… En estos días me había estado acordando de ella, y bueno…”, se lamentó finalmente el profesor. (Para A-Pin, informó Padre Responsable)