Medellín, abril 26 de 2009

Luego de hacer una siesta vespertina, la señora Beatriz Henao, de 58 años, se despertó con el rostro tallado: “Me quise recostar un ratico después del almuerzo, pero me profundicé. Es que quedé muy llena”, dijo el ama de casa. La zona tallada se ubica al lado derecho de la cara e incluye parte del cachete, la sien y un poco de frente. “Fui al lavamanos porque me sentí la cara caliente y en el espejo vi que tenía la colcha marcada”, contó Beatriz. La sobrecama, tejida al crochet, la había adquirido Alberto Cardona, su esposo: “La compré en El Hueco*, tiene unos relieves muy bonitos, mire como se ven patenticos en la cara de mi señora”, manifestó el jubilado de 62 años. Los esposos, habitantes del barrio Robledo, tienen la costumbre de hacer siesta. “Como la idea es recostarnos unos minuticos, pues no quitamos la colcha, pero es que a mi señora ya le dio por quedarse roncando dos y hasta tres horas”, aseguró Alberto. Sin embargo, Beatriz replicó: “Puras exageraciones, mis siestas también son corticas, lo que pasa es que cuando como cilantro me profundizo sin querer”, concluyó. (Informó A-Pin)

* Populoso centro comercial donde se encuentra de todo y a buen precio.