Buenos Aires (Arg), mayo 6 de 2009
Después de sufrir un breve resfriado a causa de los vientos otoñales, Gustavo Ernesto Facetti, dueño del Hostal Boedo, ha sido el hazmerreír de algunos de sus empleados y huéspedes de confianza. “Mirá vos, me da un simple resfriadito y no paran de cargarme estos pelotudos”, dijo Gustavo, de 58 años. “No me duró ni un día y hoy todavía me están jodiendo con esa boludés de la gripe porcina, ¡Me tienen podrido!”, se quejó. Estela Mariela Farias, esposa de Facetti, explicó que justo cuando el tema del virus AH1N1 “se puso pesado”, su marido se resfrió: “Fue muy cómico, algunos chicos le decían que por comer tanta bondiola* fue que le dio la gripe, y las chicas del tercer piso decían que lo pusiéramos en cuarentena”, le contó la mujer de 52 años a A-Pin. El hostal, ubicado en el barrio Parque Patricios, hospeda viajeros de todas las nacionalidades. “La gripa porcina es una mentira, una manipulación de los que se creen dueños del mundo; nosotros es por gozarnos a Don Gustavo, porque él también nos molesta mucho”, concluyó Jairo Bedoya, un colombiano de 26 años que vive en el hostal. (Para A-Pin, informó Mancusa)
*Corte de carne o embutido que se extrae del cogote o cuello del cerdo.