Buenos Aires (Arg), mayo 8 de 2009
Ayer en la mañana, tras salir de su residencia, el inmigrante colombiano David Mancusa se maravilló al mirar hacia arriba: “Qué belleza de cielo, qué azul más bonito…. Y no hay ni una sola nube, ¡no lo puedo creer!”, exclamó, con la mirada perdida en la bóveda celeste. Según Patri Urrea, su novia, salieron temprano para aprovechar el día y hacer algunas compras: “Es que nos hacen falta dos platos pandos, unas cocas… Y también vamos a pasar por la verdulería”, dijo la colombiana de 26 años. El hecho ocurrió en la Avenida Rivadavia, entre las calles Combate de los Pozos y Sarandí. “Como uno siempre ve nubes, me maravillé con todo ese azul infinito, es como un mar en el cielo, muy lindo”, declaró Mancusa, sumergiendo sus manos en los bolsillos del chaleco. Antes del mediodía, y después de recorrer algunos almacenes, la pareja regresó a casa. “Nos fue muy bien, compramos todo; y vea a David, sigue con el temita”, murmuró Patri, mientras su novio intentaba convencerla de que los colores de la bandera argentina estaban inspirados en el cielo. (Para A-Pin, informó Rule)