La Pintada, Antioquia, mayo 13 de 2009
Ayer en la tarde, la niña Camila Serna, de 5 años, estuvo pegada a una de las vitrinas de la panadería “El Gran Pandebono” durante más de diez minutos. En ese lapso, y mientras su madre escogía diversos productos de repostería para el cumpleaños de su hermana Dora, la menor fue vista simulando agarrar y comer las tortas exhibidas en una vitrina giratoria de tres niveles. “Cuando llegué, la niña ya estaba ahí, y me llamó la atención ver cómo se reía diciendo “¡una fresa!”, “¡un angelito!”, ¡ñam!” y cosas así mientras las tortas daban vueltas y ella se las iba comiendo”, contó Esther Bueno, una peluquera de 54 años que ingresó al local por una docena de pandequesos. Tulio Vásquez, mecánico de 36, fue parco: “una pela le deberían dar a esa culicagada por ociosa”, dijo, argumentando que “los niños que empiezan así terminan bobos”. Inés Betancur de Serna, madre de la menor, escuchó el comentario de Vásquez, y le respondió enojada: “y los que empiezan bobos terminan de mecánicos”. Mientras madre e hija subían a un automóvil, el aludido intentaba recuperarse de un repentino ataque de tos. (Para A-Pin, informó Padre Responsable)