En la mañana de ayer, después de dos intentos fallidos marcando la clave de su tarjeta débito para pagar los 275 mil pesos del mercado básico del mes, Alba Zuluaga tuvo que admitir que había olvidado la contraseña. La abogada, de 32 años de edad, reconoció que hace pocos días había cambiado su clave “por seguridad, como recomiendan los bancos”. Para la dependienta de la caja de un reconocido hipermercado de la ciudad, la situación resultó embarazosa: “La señora se puso a mirar para el techo, después el datáfono… y yo no hacía sino pensar en la fila que tenía”, afirmó. Una de las clientas que esperaban, Bernardita Jaramillo, de 81 años, dijo: “Bendito sea mi Dios, eso le puede pasar a cualquiera, menos mal que la niña tenía un poquito de efectivo…”. En efecto, Zuluaga juntó los billetes que tenía en su cartera, sumó 83 mil pesos, y escogió del carro del mercado los productos más urgentes. Ayer en la tarde, esta corresponsal habló con la mujer, y constató que aún se encuentra perturbada intentando recordar la nueva clave. (Para A-Pin, informó GloriaE)
A mi ha ocurrido muchas veces, es algo muy inconveniente. Por las características de la situación llegué a pensar que esta era la misma señora que el 12 abril de 2009 olvidó el teléfono de su casa, tal y como nos lo informó a través de esta misma agencia el corresponsal Padre Responsable. En cualquier caso recomienden a doña Alba no andar con la nueva clave apuntada en un papelito… junto con la tarjeta… Eso también lo hice y fue peor el remedio que la enfermedad.
a un amigo le paso algo parecido a esto es verdad aveses el remedio es peor que la enfermedad
No falta la tonta…
¿Me equivoco o hay bastante mala energía en el Anónimo de esta tarde? Qué bueno para ella o él que nunca se le olvida nada ni se le pasa ni se eleva como el filósofo de arriba con el helado…
Tranquila Gloria, tranquila. Es el anónimo de la memoria de hierro, es por eso… 😀 La mala energía se conjura con pura buena energía!