Medellín, junio 4 de 2009

Tras contarle a su vecina que le habían acabado de robar el auto al administrador del edificio donde viven, Dora Bernal, de 53 años, le confesó a A-Pin que siente “como un placer” cuando es portadora de noticias negativas. “Sí, es verdad… Siento un sustico agradable en el pecho cuando las voy a decir”, manifestó la señora. Ovidio Correa, su esposo, le confirmó a A-Pin que, efectivamente, Dora “vive pendiente de las malas noticias”, y agregó: “cuando se murió mi papá quedamos en que yo hablaba con los niños, pero ella no se aguantó y les contó… No lo hace de mala fe, simplemente es así”, aseguró. Su hija mayor, Luisa, también había advertido el comportamiento de su madre: “antier ni siquiera me saludó por contarme toda emocionada que el primo Hugo no había pasado a la universidad… Yo digo que es inconciente, porque no creo que goce con lo del pobre Hugo, que hace dos años está bregando a pasar a la U”, declaró la joven. Antes de cerrar la sastrería donde trabaja, Dora le prometió a A-Pin que iba a reflexionar el asunto “porque de ninguna manera se disfruta con las desgracias ajenas”. (Para A-Pin, informó Rule)