Mientras caminaba con su novio por la plaza principal del pueblo, Margarita Cadavid, de 28 años, acarició una servilleta arrugada, cuando quiso en realidad tomarle la mano a su pareja. “Me encanta el cucurucho doble, los domingos salimos de misa y nos venimos derechito a comer cono”, manifestó la mujer, quien luego explicó lo sucedido: “Ya nos habíamos comido los cucuruchos, y yo le fui a coger la mano a Gabriel pero sentí como un bultico blandito y mojado, como carrasposo, muy raro”. Gabriel Arroyave, novio de Margarita, le contó a A-Pin que caminaba sin ser conciente de llevar una servilleta entre los dedos: “Iba todo entretenido, me comí el cono y no sé por qué no boté la servilleta”, afirmó. Según recordó Margarita, ella arrojó la suya en una de las canecas de la plaza, “pero como a Gabriel todavía se le estaba chorriando el cono, siguió con la de él”. Cuando pasaron por otra caneca, el joven adulto aprovechó para deshacerse de la servilleta, y después de frotarse los dedos en el pantalón, tomó a su novia de la mano, quien declaró: “Ahora sí es la manito”. (Informó A-Pin)
HOLA HOLA ACÁ ESTOY SALIENDO DE MI ORBITA DE monomanía y me encuntro, por medio del psicodrama ¿? con esta pagina tuya muy copada, por lo de la microficción periodística, un género que no conocía. Te agradezco por este descubrimiento, hasta pronto hermano.
Ainsssss…
Muy tierna la historia.
Como para premio.
Saludos.
Bienvenidos Chingolo y Héctor, por aquí los seguimos esperando, saludos.