Salgar, Antioquia, julio 6 de 2009

Mientras caminaba con su novio por la plaza principal del pueblo, Margarita Cadavid, de 28 años, acarició una servilleta arrugada, cuando quiso en realidad tomarle la mano a su pareja. “Me encanta el cucurucho doble, los domingos salimos de misa y nos venimos derechito a comer cono”, manifestó la mujer, quien luego explicó lo sucedido: “Ya nos habíamos comido los cucuruchos, y yo le fui a coger la mano a Gabriel pero sentí como un bultico blandito y mojado, como carrasposo, muy raro”. Gabriel Arroyave, novio de Margarita, le contó a A-Pin que caminaba sin ser conciente de llevar una servilleta entre los dedos: “Iba todo entretenido, me comí el cono y no sé por qué no boté la servilleta”, afirmó. Según recordó Margarita, ella arrojó la suya en una de las canecas de la plaza, “pero como a Gabriel todavía se le estaba chorriando el cono, siguió con la de él”. Cuando pasaron por otra caneca, el joven adulto aprovechó para deshacerse de la servilleta, y después de frotarse los dedos en el pantalón, tomó a su novia de la mano, quien declaró: “Ahora sí es la manito”. (Informó A-Pin)