Medellín, julio 12 de 2009

Ayer al mediodía, los miembros de la familia Quintero Ramírez no tuvieron otra opción que consumir la sopa del almuerzo con coágulos. “La crema de espárragos es una de las alegrías de la casa, es una verdadera lástima que haya quedado con grumos, no sé qué fue lo que pasó”, manifestó Nicolás, jefe del hogar y ejecutivo de Davivienda. Sara, su esposa, explicó que hace unos días contrató una nueva empleada doméstica, al parecer poco experta en procedimientos culinarios: “Yo no puedo estar supervisando cada cosa que hace en la cocina. Le hice especial énfasis en que las cremas de sobre hay que revolverlas muy bien, diluir todo el polvo… Y como que no se esmeró mucho”, afirmó la arquitecta. Al respecto, Nancy dijo que su especialidad es el aseo y el planchado, pero que va a poner todo su empeño en “mejorar la cocinada”: “Yo aprendo rápido y si la señora me enseña, mucho mejor”, declaró la fámula. Sobre el sabor de la crema, Lorena, hija mayor del matrimonio, aseguró que estaba “rica”, mientras apretaba un grumo contra las paredes del plato, “porque esos sí saben muy salado”, finalizó. (InfoRmó: A-Pin)