Medellín, Julio 18 de 2009

Esta mañana, mientras se encontraba con su tía Cristina en el Centro Comercial Oviedo, Juanita Caicedo, de 17 años, decidió comprar un sostén. “Casi nunca me pongo brasier porque soy como planchita, pero me antojé de uno porque me quiero poner una camisetica escotada”, afirmó la joven. Cuando se disponía a escoger una prenda de su agrado, se sorprendió al ver que no había copa «A». “Ella se puso muy brava porque no encontró la copa que quería, pero yo le expliqué que era muy complicado porque casi nadie usa eso tan chiquito”, contó Carla Gómez, vendedora del almacén, a lo que Juanita respondió: “Ya sólo hacen brasieres para las operadas, ¡es injusto con las que no tenemos nada!”. Después de que su tía terminó de comprar, Juanita dejó el almacén, claramente molesta por su infructuoso intento de adquirir ropa interior, y antes de dirigirse a la zona de parqueaderos comentó: “Me siento excluida en una sociedad en donde uno vale por la copa del brasier”. (Para A-Pin, informó Ritter)