Medellín, julio 25 de 2009

En la tarde de ayer, el mensajero John Agudelo, de 24 años, quedó parcialmente desnudo mientras hacía una diligencia en una oficina bancaria del centro de la ciudad. “No fue que quedara empelota* del todo, no. Los pantalones se me cayeron, pero los yiyos** los alcancé a atajar a tiempo abriendo las rodillas”, aclaró Agudelo, quien trabaja hace un mes para la ferretería RR. Según Magola Fernández, cliente habitual del banco y testigo de la escena, “el muchacho estaba ahí, parado en la única ventanilla en la que estaban atendiendo, y de un momento a otro ¡zuas!, los pantalones le quedaron en los tobillos”. Por su parte, Darío González, vigilante de la sucursal, manifestó: “Veíamos al pobre todo encartado, pero ni modo de ayudarle”. John le aseguró a A-Pin que la culpa de su infortunio tuvo dos factores: “la tacañería de mis tías y la hebilla floja de la riata***”, y declaró nunca haber experimentado una vergüenza mayor, por lo que aprovechó este medio para invitar a sus familiares a que “consideren una buena correa de calidad” como opción para los próximos aguinaldos. (Para A-Pin, informó Daniel R.)
*En pelota: desnudo *Calzoncillos. **Correa.