Medellín, agosto 12 de 2009

Esta mañana durante el desayuno, la niña Camila Peláez, de 2 años, le exigió a sus papás que le dieran “felicidad”. “La niña se había comido ya su porción de fruta, y cuando le ofrecí pan con queso me dijo que no, que ella quería felicidad y alegría”, contó sonriendo Adriana Molano, madre de la pequeña. Juan Alberto Peláez asegura que la petición de su hija lo desconcertó: “Adri y yo nos miramos y nos reímos, pero como Camila se puso seria le dije que darle felicidad era lo que intentábamos hacer todos los días”. Según relató, la niña les respondió en voz alta: “¡No!, ¡Pero felicidad cantando, bailando!”, y acto seguido se puso de pie sobre su silla y por poco se cae. Sin embargo, Adriana cuenta que en ese momento respiró tranquila, pues recordó que el fin de semana habían estado bailando los Canticuentos, y que durante la sesión la niña había exclamado ¡Qué alegría mamá, estamos felices!. “Corrí a ponerle la canción del Negro Cirilo y claro: toda linda empezó a aplaudir y a dar vueltas por la sala”. Según se supo, la buseta del Jardín Infantil debió esperar a Camila casi 5 minutos. (Informó: A-Pin)