Girardota, Antioquia, agosto 13 de 2009

Ayer al mediodía, el señor Albeiro Foronda, propietario del granero “Las Aguilas”, colgó del techo un par de bolsas henchidas con agua para ahuyentar a las moscas caseras que revoloteaban por su tienda. “Yo no tengo nada contra el insecto como tal, lo que me emberraca* es que las moscas se queden acá, no las quiero ver más pegadas a la fruta o a las tiras de chorizo”, manifestó el hombre, quien tiene ubicado su granero en la vereda “El Totumo”. “Cada día vienen más, ellas como que se multiplican con estos calores, sobretodo aquí cerca al río”, agregó Yolanda, su esposa. Por su parte, Ramiro, amigo de Albeiro, se refirió a la maniobra: “Las bolsas tienen que ser transparentes, luego se llenan de agua y se les hace un nudo ciego, bien apretado, y después se amarran con cabuya desde los maderos del techo y quedan colgando”. A-Pin habló con el campesino Jairo Correa, quien entró en ese momento al granero para comprar unos víveres: “Esa estrategia es muy eficaz porque la mosca se espanta a sí misma: ve su imagen distorsionada en la bolsa y cree que es un depredador y no vuelve”, explicó. (Informó: A-Pin)
*Emberracarse: irritarse, ponerse bravo, furioso.