Medellín, septiembre 5 de 2009

Ayer, poco antes del mediodía, Magali Valencia, de 59 años, se acercó a la ferretería El Sótano, ubicada en el sector de Calasanz, para reclamar que la llave que le habían duplicado en la mañana no servía. “La llave sí entra pero no abre, además queda pegada de la chapa, hay que hacer mucha fuerza para sacarla… Vine a que me la vuelvan a hacer”, le dijo la señora al dueño del negocio, y luego señaló a un empleado que circulaba detrás del mostrador: “Me atendió uno de los muchachos”. Rodrigo Arango, de 49 años y propietario de la ferretería, comparó la llave original con la duplicada y procedió a lijar esta última con una lima. “Este tipo de llave a veces presenta problemita pero ésta parece bien hecha… También es bueno echarle aceite a la cerradura”, recomendó el hombre, mientras seguía limando el instrumento metálico –marca Pato y de 5 centímetros- con movimientos rápidos y espaciados. “Ni siquiera es mía, es de mi patrón… Si no sirve vuelvo más tarde para que me hagan una buena”, replicó Magali, quien al final le contó a A-Pin, en exclusiva, que la llave pertenece a una puerta. (Informó: A-Pin)