Medellín, septiembre 10 de 2009. Anoche, a bordo de un taxi de la empresa CTM, la arquitecta Laura Díaz —30 años, piel trigueña y 1.64 de estatura— fue objeto de múltiples cumplidos y piropos por parte del conductor mientras hacían el recorrido entre su casa y un famoso restaurante de la ciudad. “Me sentí súper halagada, me causó gracia cuando me preguntó: ‘usted tan bonita ¿qué haces?’”, relató Laura, quien iba en camino a su primera cita oficial con un fotógrafo que conoció hace poco. “Estaba muy nerviosa pero los piropos del taxista me hicieron sentir segura”, afirmó la mujer que, según su hermano Julián, había estado midiéndose ropa toda la tarde. Andrés Correa, el taxista, 26 años, dijo entre suspiros: “de primerazo me encantó como olía, después que la detallé por el retrovisor vi que tenía el pelo crespito como a mí me gusta, pero me mató fue con esa sonrisa, ¡Eavemaría!”. A pesar de que la conversación fue calificada por ambos como agradable, este corresponsal pudo establecer esta mañana que Laura tendrá más citas con el fotógrafo.

*Echar los perros: soltar toda una jauría de cortejos, piropos y detalles coquetos para tratar de hincarle el diente a la persona deseada.