Medellín, septiembre 14 de 2009

Sara Posada, de 8 años, sufrió una triste decepción ayer cuando, después de dos horas de fotos en familia, no vio ni un solo ángel. “¡Yo quiero ver los ángeles!”, dijo la niña haciendo pucheros y cruzándose de brazos. “¡Pero si esos son!”, le dijeron primos y tías que la acompañaban, señalando las avenidas, playas y palmeras de la ciudad de Los Ángeles, California, de donde acababan de llegar dos sobrinos. “Fue muy triste porque cada vez que abríamos una nueva carpeta de fotos anunciábamos de qué lugar se trataba, y cuando dijimos que íbamos a ver las de Los Ángeles Sarita ahí mismo se paró como un resorte y se sentó adelante, pegada del computador”, explicó Oscar Mejía, uno de los viajeros. En conversación con los familiares, A-Pin pudo establecer que durante un buen rato la niña estuvo callada mirando la pantalla, “hasta que mi hermano dijo: ‘ésas eran, ya no hay más’”, declaró William Mejía. Este corresponsal fue testigo de la dificultad que representó explicarle a la pequeña que Los Ángeles era el nombre de la ciudad aunque hasta ahora nadie haya confirmado que allí viva alguno. (Informó: A-Pin)