Bogotá, septiembre 16 de 2009

Ayer al mediodía, durante su habitual almuerzo, la joven barranquillera Ángela Bohórquez, de 23 años, pidió en un reconocido restaurante de la ciudad de Bogotá un ajiaco sin alcaparras. Laura Ayala, compañera de trabajo de Ángela y bogotana de nacimiento, presenció el momento del extraño requerimiento y quedó horrorizada: “Pedir un ajiaco sin alcaparras es como quitarle la esencia. Aún no puedo creer lo que ella hizo”. Al respecto, Ángela comentó: “Las alcaparras saben feo, no me gustan. Prefiero echarle al ajiaco mucha crema de leche”. Por su parte, Juan Dominguez, el joven mesero que tomó la orden de la mesa y fue testigo del altercado entre las mujeres, opinó: «Cada quien es libre de pedir su ajiaco como quiera, aunque entiendo a la señorita que defiende a las alcaparras. Son muy ricas y el ajiaco sin ellas no sabe igual». Minutos antes del arribo del pedido, Laura trató de que Ángela recapacitara sobre su decisión, pero fue imposible persuadirla. Al llegar el ajiaco, Ángela cedió sus alcaparras a Laura, quien las rechazó debido a que había ordenado una bandeja paisa. (Para A-Pin, informó Ángela B.)
*Ajiaco: plato típico bogotano, tiene un sabor único que lo da una hierba llamada guasca. Es una exquisita sopa de pollo con tres variedades de papa, mazorca, crema de leche y, por supuesto, alcaparras.