Medellín, octubre 27 de 2009

Ayer en la tarde, mientras merodeaba por un centro comercial, la secretaria bilingüe Esmeralda Cadavid, de 26 años, ingresó por error a una tienda de artículos eróticos y terminó comprando un juego sexual de esposas. “Estaba elevada hablando por celular y cuando colgué estaba frente a un mostrador lleno de ropa sexy”, afirmó Esmeralda, quien no supo explicar por qué entró al almacén: “lo que estaba buscando era una porcelana o algo así para regalarle a una compañera”. Sonia Builes, empleada de la tienda, dijo: “yo la vi entrar muy segura… después de que colgó sí se veía como sorprendida pero ahí mismo empezó a preguntar por los precios y usos de los artículos”. Cadavid explicó que ya estando ahí le dio curiosidad, y agregó: “se queda uno impresionado con tanta cosa que venden, lástima que sólo pude comprar las esposas metálicas que son más baratas y no las felpudas”. Debido a que se quedó sin presupuesto, Esmeralda optó por regalarle las esposas a su amiga Sandra Yepes* quien le dijo a A-Pin esta mañana: «¿y yo con quién voy a usar esto, con lo mal polvo** que es Luis?”. (Informó A-Pin)
*Nombre cambiado por petición de la fuente.
**Ser un mal polvo: tener mal desempeño en el acto sexual. Eyaculación precoz, escasa lubricación, nula creatividad para adoptar posiciones y excitar al otro, hacen de alguien un pésimo polvo.