Girardota, Antioquia, noviembre 19 de 2009

Ayer al mediodía, Felipe Cadavid, de 32 años, descubrió que se había tomado una píldora anticonceptiva en lugar de la Imipramina* que habitualmente consume. “¡Son igualiticas las berracas!”, explicó airado Cadavid. El hombre, quien se encontraba de visita donde su hermano Rubén, con domicilio en este municipio, había descargado sus pastillas en la barra de la cocina antes de almorzar. “Anda con ellas para todas partes”, dijo Rubén. “Hace seis meses que tomo Imipramina porque sufro de hiperhidrosis** y eso me relaja”, declaró Felipe y agregó que fue la esposa de su hermano, Adriana Restrepo, quien le hizo ver su error, “aunque demasiado tarde”. “Pipe puso las pastas*** de él junto a las mías que mantengo ahí para que no se me olviden, y sí son parecidas pero ¿por qué no se fijó antes?”, replicó la mujer cuando recontaba su tableta de píldoras. A-Pin consultó con el médico Diego Jaramillo los efectos del fármaco en el organismo de un hombre y éste dijo lacónico: “Apenas fue una, nada le va a pasar”. Felipe, sin embargo, atribuyó a la pastilla su mal genio vespertino. (Informó: A-Pin)
*Antidepresivo para tratar todas las formas de depresión, incluida la asociada con trastornos de personalidad y alcoholismo crónico.
**Sudoración excesiva, localizada principalmente en pies y manos.
***Forma coloquial resumida para referirse a las pastillas.