Caucasia, Antioquia, diciembre 31 de 2009.

Esta madrugada, y después de una penosa enfermedad, murió en el apartamento de sus amos, los cónyuges Pedro Díaz y Sara Roa, el agraciado minino Paco. El deceso del felino, según reporte de su veterinario Ever Casas, se debió a una leucosis infecciosa, enfermedad que en palabras del profesional: “Es como un sida que los va pudriendo por dentro”. La señora Roa agradeció las muestras de condolencia de algunos vecinos y agregó: “No tendremos más animales, a uno le duele mucho cuando se mueren”. El popular Paco se había convertido en el consentido del edificio Las Rosas, en el que sus dueños residen, y sus inocentes pilatunas hacían las delicias de grandes y chicos. Ante la noticia de la muerte, el celador Ovidio Luna se mostró apesadumbrado y anotó: “Él siempre venía por la nochecita y yo le daba un pancito”. Después de algunos roces entre su propietario, el cuerpo del felino fue entregado a los recolectores del camión de basura para que dispusieran de él. (Para A-Pin, informó Pinto)

Esta noticia, de Pablo Alfonso Durán Rocha, oriundo de Caucasia, Antioquia, participó en el Primer Premio GRAN PINOCHO de Microficción Periodística, 2009.