Medellín, febrero 3 de 2010

Cerca de las 2:30 a.m. de hoy, y en medio de un fuerte llanto, la niña Martina Díaz , de dos años y medio, exigió que le pusieran “un vestido”. Según relataron sus padres, José y Aurora, ambos se llevaron tremendo susto cuando de manera repentina su hija comenzó a gritar desde su cuarto la frase “¡quiero un vestido, el de flores!”. “Intenté calmarla hablándole al oído, pero era como si no escuchara. Hasta que no la cargué y le dije que fuéramos a escoger un vestido al clóset, no se calmó”, denunció la madre. Tras confirmar que, en efecto, debieron cambiarle una piyama de ositos por un vestido estampado con flores, su esposo José reveló que no es la primera vez que sucede algo similar: “hace como tres semanas se despertó pidiendo que le pusiéramos chanclas, y toco ponérselas y acostarla así.” A-Pin intentó hablar más con ellos para hallar una posible causa del fenómeno, pero declararon encontrarse agotados y necesitados de descanso: “Igual, de caprichos está llena la vida del hombre, y ni qué decir la de la mujer”, sentenció su padre, antes de despedir a este corresponsal. (Informó A-Pin)