Bogotá, febrero 9 de 2010

A las 8:00 de la mañana de hoy, Olga Jaimes, bumanguesa de 19 años de edad, notó que algo hacía falta en la nevera comunal de la pensión estudiantil donde reside: sus salchichas para el desayuno. Visiblemente molesta, declaró para A-Pin: «Estoy aburrida de vivir acá y más si la gente no respeta lo que no es de ellos. Ya me había pasado antes con un jugo y creo saber quién es el ratero». El principal sospechoso, señalado abiertamente por Olga, pidió que su nombre no fuera revelado y agregó: «Sí, es cierto, yo me comí todas las salchichas de Olga, no tenía plata y ya estaba aburrido de comer pan. Pero no sé nada de ningún jugo». La señora Yarelly González, propietaria y administradora de la pensión manifestó una profunda indignación ante el hecho: «Esto me perjudica porque ahora Olga se quiere ir. Tendré que poner una cámara de vigilancia dentro de la nevera para saber quién es el pilluelo y echarlo a patadas». Al finalizar la tarde, Olga adquirió un nuevo paquete de salchichas marca Sinú y dejó en claro que apenas pudiera se iría de la pensión: «No quiero seguir durmiendo con el enemigo”. (Para A-Pin, informó Ángela Bohórquez)