Envigado, febrero 19 de 2010

En retención terminó ayer una misa para la señora Margarita Jiménez, cuando su hija Paula, con quien había asistido, logró sacarla de la iglesia durante una hora. El motivo de la ceremonia era la conmemoración del primer mes de muerto de un compañero del equipo de fútbol de su esposo, pero cuando uno de los hombres sugirió que ellas dos, madre e hija, debían reunirse con las demás mujeres para decorar el altar, la hija, una joven “rebelde, atea y feminista”, como la describieron algunos presentes, la tomó del brazo y le dijo: “¡No vamos y no vamos!”. Sin saber qué hacer y frente a la presión de los miembros del equipo, Margarita salió caminando en dirección al altar: “Me dije a mí misma: pues me voy a hacer la boba”, relató la retenida. Durante ese trayecto la hija la tomó nuevamente del brazo y la sacó de manera abrupta por una de las puertas laterales del templo para, según afirmaron testigos, «llevársela a comer mango biche y empanadas», mientras la misa se desarrollaba adentro con total normalidad. (Para A-Pin, informó Jana)

Esta noticia de Juliana Martínez Londoño participó en el Primer Premio GRAN PINOCHO de Microficción Periodística, 2009.