Bogotá, febrero 23 de 2010

En la tarde de ayer, a Oscar López, estudiante de quinto semestre de ingeniería de sistemas, se le quedó atorada su maleta en las puertas mientras entraba a un Transmilenio*. López, quien se encontraba en la estación de la calle 63, contó: “iba corriendo porque noté que ya casi se iba el C-15** y al entrar, mi morral se quedó atrapado en medio de ambas puertas cuando se estaban cerrando”. Clara Olarte, pasajera  que tomó por casualidad la misma ruta, fue testigo del hecho, y aseguró: “Yo sí lo vi correr por la estación y cuando entró al bus me asusté al verlo atrapado por los cauchos de la puerta y ahí sin poderse mover”. A-Pin logró hablar con Mauricio Quintero, conductor del bus, quien aseguró: “Yo sólo cumplo la norma de que a los 15 segundos hay que cerrar la puerta, pero si alguien queda atrapado ésta vuelve y se abre inmediatamente para que entre completico”. Sin embargo, en medio del infortunio, Oscar cree haber sido afortunado y sentenció: “Menos mal con la espichada no se me dañó el computador que iba en el morral”. (Para A-pin, informó Nightwriter)
*Medio de transporte masivo que usa la mayoría de la población bogotana sin carro.
**Ruta corriente de Transmilenio que atraviesa la ciudad de Norte a Sur

Esta noticia de Carolina Rodríguez Cifuentes participó en el Primer Premio GRAN PINOCHO de Microficción Periodística, 2009.