Medellín, 25 de febrero de 2010
Esta mañana, la señora Marta Sánchez, de 48 años, recibió una llamada del portero de su edificio, para informarle sobre la inconformidad de su vecina del piso de abajo, a quien, según dijo, le cayó polvo en el tinto que se estaba tomando en el balcón. “La doña del 711 me llamó bravísima, diciendo que estaba en el balcón de su apartamento tomándose un tintico y que de un momento a otro en el pocillo le cayó un polvero impresionante que tiraron del piso de arriba”, explicó don Élkin, el portero, quien por petición de la denunciante llamó a la señora del 811 a preguntarle “si ella había salido a sacudir ‘el tapetico’ en el balcón”. Doña Marta negó los hechos de manera categórica, pero en declaraciones posteriores reconoció su culpa: “todos los días sacudo la cobija de mi hijo afuera, normalmente a las cinco y media de la mañana cuando se para a bañarse, pero hoy lo dejé para más tarde. Es que ese muchacho es muy alérgico y si no le quito el polvo y los ácaros a la cobija, le dan unos ataques tremendos”. A su vez, la vecina del 711, autora de la queja, se negó a dar declaraciones. (Para A-Pin, Informó Águila)
Esta noticia de Laura Ramírez Aguilar participó en el Primer Premio GRAN PINOCHO de Microficción Periodística, 2009.
El sol al frente, pájaros cantando y una lluvia de ácaros en medio de un calmado café matutino.