Con el fin de que ni el viento ni algún transeúnte se llevara su toalla, puesta a secar en una banca al frente de su casa, el señor Arnulfo Londoño le puso a la prenda un pedazo de ladrillo encima. «Si uno se descuida se la lleva el reciclador», explicó el hombre mientras se mecía en una silla y miraba la toalla desde el corredor de su casa. Darío, su vecino, agregó: «O si ventea mucho se vuela». Al preguntarle si el ladrillo no ensuciaba la tela, Arnulfo respondió: «No, si yo lo mantengo limpiecito y cuando ya recojo la toalla seca, la sacudo y listo. No se ensucia para nada». Londoño le dijo a A-Pin que además de esta toalla color mandarina tiene otra «verde militar». (Informó A-Pin)
No se ensucia? y el polvo de la calle que? Tipico problema del espacio en las viviendas modernas, no?
Un ejemplo de recursividad!