Envigado, abril 7 de 2010

Ayer en la tarde, mientras pagaba con su tarjeta de crédito en un reconocido supermercado, la señora Stella Sanz se llevó un disgusto con un comentario que le hizo la cajera sobre su cédula de ciudadanía: “Yo le entregué la cédula viejita, la que saqué cuando cumplí mis 18 porque la nueva no la he reclamado, y ella se quedó mirándome”, afirmó la mujer de 58 años de edad, quien añadió que inesperadamente la mujer le dijo: “Eh, uno si cambia mucho”. Según se supo, desconcertada por la situación doña Stella le contestó: “Yo no vine aquí a que me analizaran, respéteme por favor”, ante lo cual la cajera se disculpó en público: “Lo dije como sin pensar, pero lo que quería expresar era que la fotografía estaba muy linda, no que la señora estuviera fea», dijo. No obstante, la cliente entró en un estado de nostalgia combinado con rabia: “Es que yo sí era muy bonita, y es verdad que uno cambia mucho y más con la edad mía, pero no es para que se lo recuerden a uno todo el tiempo. Qué falta de respeto”, puntualizó. A-Pin pudo confirmar la belleza de la mujer en la fotografía de la cédula, en la que mostraba una piel lozana y finos rasgos orientales. “Los años no llegan solos”, concluyó la ofendida con una pequeña sonrisa. (Para A-Pin, informó Pipapuz)